El Envejecimiento Activo es la estrategia que hemos creado y estamos desarrollando, las personas y las sociedades, para adaptarnos y optimizar los logros que entre todos y todas hemos conseguido en nuestra sociedad: el aumento de la esperanza de vida y la mejora de las condiciones sociales y personales de las personas mayores de 60 años.
No debemos olvidar que el concepto de Envejecimiento Activo conlleva la necesidad de ser protagonistas de nuestras propias vidas, de nuestros propios procesos de envejecimiento. Es necesario que utilicemos una estrategia global que maximice la participación y el bienestar a medida que las personas envejecen.
Es fundamental que las personas participen y se implique en este proceso, sólo así lograremos una mejor salud física y mental, sólo así lograremos una mayor y mejor contribución a la sociedad, y como no, lograremos más bienestar y mayor calidad de vida.
Esta visión debe aplicarse de forma simultánea tanto a nivel individual, consolidando en las personas estilos de vida adecuados, en las organizaciones e instituciones, así como en las administraciones y en las políticas que llevan a cabo, y como no, en el resto de la sociedad. Este enfoque global debe responder a las demandas y necesidades de cada persona, priorizando el envejecimiento activo dentro del ciclo vital, como herramienta que nos permite involucrar y empoderar a los hombre y mujeres de nuestra sociedad.
Estamos hablando de un conjunto de derechos, y también de obligaciones. De esta manera consideramos dentro del envejecimiento activo toda aquella actividad que contribuya al bienestar de las personas, que tenga carácter preventivo, y que por lo tanto, debe desarrollarse a lo largo de toda la vida; que va dirigida a todas las personas mayores sean cuales sean sus condiciones y capacidades; además deben de ser intergeneracionales, participativas y empoderadoras, y por supuesto, que respeten la diversidad cultural que hace que se pueda envejecer bien de distintas formas.
En el horizonte de las políticas del envejecimiento activo, podemos ver, en Andalucía y en el resto de Europa, los siguientes retos:
Fomentar la participación activa y comunitaria de las personas mayores en la sociedad y en las instituciones.
Luchar contra la exclusión social de las personas mayores en situación más vulnerable.
Promover y desarrollar acciones y políticas de salud relacionadas con: prevención a lo largo de todo el ciclo vital, prevención de los principales factores que conducen, en edades más avanzadas, a la aparición de los problemas geriátricos más relevantes, ofrecer oportunidades y fomentar un ejercicio físico seguro, y continuar en la mejora en el cuidado y el apoyo social de las personas mayores en situación de dependencia.
Detectar y eliminar las barreras asociadas a la edad que existen en esta sociedad.
Flexibilizar la edad de jubilación.
Situar el envejecimiento activo como uno de los objetivos principales de la protección social.
Incluir de forma transversal el concepto de envejecimiento activo, en las políticas y actuaciones que se desarrollan desde las instituciones.
Consolidar la visión de afrontar el envejecimiento activo desde una perspectiva de ciclo vital.
Nos enfrentamos a momentos cargados de retos, que nos hacen mirar al futuro, a un futuro cargado de oportunidades e ilusiones.
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