Publicado: 31/07/2013 Archivado en: 3. La experiencia de envejecer, 5. Política social |
Autor: Francisco Abad, Fundador de la Fundación Empresa y Sociedad
Parece que todos vamos asumiendo un mayor protagonismo a nivel de pequeñas comunidades y redes sociales de cercanía, no exclusivamente electrónicas. Espero que sea porque vamos dejando de ser meros habitantes (yo, mi, me, conmigo, administrados y contribuyentes pasivos) a ciudadanos que empiezan a considerar que “lo público” es de todos, incluso nuestro, en vez de no ser de nadie. Un nuevo sentimiento y actitud hacia “lo común” que nos lleva a tomar la iniciativa y a construir en grupo con los más cercanos para aprovechar lo bueno que ya existe e identificar desafíos para construir un futuro distinto.
Parece que muchos de los miembros del gueto de las smartcities (un término anglosajón que crece como la espuma y que se refiere a las ciudades del futuro) todavía no son conscientes del cambio. Para ellos las ciudades se caracterizarán por una especie de gestión electrónica que permite optimizar desde el alumbrado al tráfico, pasando por los trámites administrativos o los datos públicos. Habrá aplicaciones para dispositivos móviles que permitirán consultar la disponibilidad de aparcamiento, el grado de contaminación o el tiempo que tardará en llegar el próximo autobús. Ciudades digitales en cuyo diseño el gran ausente es el ciudadano, entre otras cosas porque los gurús de la materia dudan de si sabrá utilizarlos.
No ocurre lo mismo en los foros municipales más cercanos a las ciudades accesibles o a las ciudades amigables, en los que una de las claves es la participación activa de las personas desde el primer momento así como su integración en equipos de trabajo multidisciplinares.
Tras pedir opinión a 20 expertos y a casi 500 miembros de nuestro Foro de Opinión y de la red de seniors Post55, la conclusión es que los ciudadanos que las ciudades del futuro sean más humanas, más fáciles de vivir, con diseños más fáciles de usar. Apuesto que este tipo de foros crecerán como la espuma porque están abiertos a personas que quieren participar activamente en la elaboración de ideas y propuestas para que evolucione la sociedad. La tecnología es importante, pero siempre que priorice la accesibilidad, el respeto al medio ambiente y un transporte integrado que facilite la movilidad, sobre todo para los mayores. Es decir, parece que las todos reclamamos un mayor protagonismo en la generación de ideas y en la toma de decisiones que ahora están casi exclusivamente en el terreno de los responsables políticos y empresariales.
La economía participativa es una de las grandes tendencias sociales, no limitadas a las ciudades. Las alianzas público-privadas evolucionan incorporando la tercera dimensión que las convierte en público-privadas-ciudadanas. La velocidad dependerá de la velocidad con la que vamos dejando de ser meros habitantes pasivos.
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