Silvia Adame, Psicóloga especializada en Gerontología, Dependencia y Protección de los Mayores y autora del blog Envejecer en Positivo
Además de los beneficios para la salud que trae consigo la realización de ejercicio físico, también se ha observado que la salud física percibida correlaciona negativamente con la aparición de cuadros depresivos (Mella et al. 2004), con lo cual, la práctica continuada de ejercicio podría prevenir la aparición de depresión en personas mayores, por las sensaciones positivas que trae consigo la realización de ejercicio.
Este aspecto es importante, dadas las continuas pérdidas a las que se enfrenta la persona mayor en su vejez, pérdida de amigos y familiares, pérdida de capacidades, etc. Por ello es de vital importancia potenciar los aspectos positivos que conlleva la vejez, como es el aprovechamiento del tiempo libre para vivir experiencias positivas. En concreto, la realización de ejercicio físico influye positivamente en la salud mental, como he comentado, propiciando un aumento en la autoestima global de la persona, su autoconcepto, sensación de autoeficacia y la satisfacción con la vida. Además, correlaciona negativamente con el estrés, la ansiedad y la depresión, con lo cual, a mayor realización de ejercicio físico, menor estrés, ansiedad y depresión.
Pero además de estos beneficios, también mejoran la atención, concentración y memoria. Un ejercicio que se podría hacer es ir fijando nuestra atención en todo aquello que vamos viendo mientras realizamos ejercicio y, una vez finalizado, intentar recordar todo aquello que hemos ido viendo (niños jugando, tienda de ropa, mujer paseando a su perro, etc.).
Para potenciar las sensaciones positivas de la realización de ejercicio, se puede realizar junto con otras personas, mientras se van intercambiando opiniones, experiencias, potenciando las relaciones sociales y previniendo la soledad.
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